PRIMER CAPITULO!

LAMENTO HABERME TARDADO TODO ESTE TIEMPO! Pense qe no habia ningun comentario! :D
Bueno aqui esta el primer capitulo COMPLETO! Espero que les guste!


Sonó mi despertador, solo un poco antes de que me despertara; por mi misma o por el insoportable calor que hacía en _____ por esos días. Lo apagué y fui directo al baño; escuche a mis papas hablando en la cocina mientras tomaban el desayuno, pero no les preste importancia. Salí del baño y baje a tomar el desayuno, últimamente se había vuelto habitual en mí estar en pijamas hasta la hora de almuerzo, bueno estaba de vacaciones y podía hacer lo que quisiera. Me senté en la mesa, ya estaba mi desayuno servido, y noté que mi papá no estaba leyendo el periódico, como de costumbre, sino que tenía en las manos unos sobres blancos. Los movía de un lado a otro, como si no supiera qué hacer con ellos, mi mamá comía una ensalada de frutas; parecía querer ignorar a mi papá por completo, ya que ni siquiera lo miraba.
-¿Qué es eso? – al fin le pregunté, mientras tomaba mi jugo. Y le señale los sobres que tenía en las manos.
-¡Tú me mamá te lo dirá! Tengo que irme al trabajo- respondió mi papá bruscamente, eso me asustó; no porque le tema a mi papá, sino que el hecho de que mi mamá me tenga que decir algo significaba que algo anda mal. Oh oh! Problemas. Me dije a mi misma.
Mi papá se paró y salió de la casa; a los pocos segundos escuché su auto arrancar. Mi mamá se quedo quieta sin mover ningún musculo. Mi mamá es una persona apacible, fácil de controlar; yo me sentía más a gusto con ella que con mi papá. Mi papá y yo no tenemos ningún tipo de relación alguna, nunca hablamos ni conversamos, es mas; podría decir que no lo conozco, ni él a mí.
-____, - la miré- necesito decirte algo- aquí vamos, malas noticias o… ¿es que habré hecho algo malo? No lo sé…- mira…- mi mamá suspiró- tenemos que mudarnos…
-¿Qué?- dije sin pensar- ¿mudarnos?- había vivido ahí toda mi vida, y a estas alturas ¿mudarme?... no.
-A tu papá se le ha presentado esta oportunidad y no la puede desperdiciar- dijo mi mamá muy calmada y comprensible.
-Pero ¿por qué? Estamos bien aquí. Y no nos tenemos que mudar, ¿no puede conducir más tiempo y ya?- me sentía desesperada, no era necesario mudarnos.
-No sería suficiente con conducir- eso me hizo pensar en que quizá trabajaría en otro departamento, en una provincia. No puede ser cierto.
-Entonces…
-____, tu papá tiene que aceptar el trabajo o lo despiden- eso sonaba muy serio- tenemos que mudarnos si o si.
-¿Puedes ir al grano? Por favor.
-____, a tu papá le han ofrecido o más bien ordenado ir a trabajar a los Estados Unidos- me quede con la boca abierta. Una cosa es irte a cualquier rincón de tu país, porque es tu país, pero otra muy distinta es irte a un país donde todo es distinto y desconocido.
- Todo ya está arreglado- mi mamá tuvo que hablar, ya que yo no reaccionaba- estos son los boletos- me enseño los sobres blancos, que antes los había tenido mi papa.
-Pero ¿Cómo? EE.UU es otra cosa, mamá no quiero- dije suplicante. Mi mamá me miro por un momento.
-Escúchame, sé que es algo muy difícil para ti pero no es tan malo. Viviremos en un vecindario muy hermoso en Washington, al Norte de Seattle. Son casas de alojamiento, ahí tu papá podrá trabajar a gusto. Nos darán todos los beneficios para quedarnos a vivir ahí. Es un sitio alejado de la población- eso es bueno para mi papá, ya que es Ingeniero Forestal- tu recibirás tu ultimo año de escuela ahí en casa. Y la universidad correrá por parte del trabajo de tu papá, podrías ir a Harvard- lo dijo emocionada. Pero cómo no podría estarlo, pensándolo desde el lado universitario, Harvard no es una mala idea, es una magnífica idea.
-Bueno, pero ¿qué haría todo un año sola, alejada del mundo? – sé hablar muy bien el Ingles desde que tenía 11 años, podría hacer amigos pero el lugar estaba alejado de todo, como mi mamá lo había dicho.
-No es que estemos solos en ese lugar, las casas vecinas siempre están alquiladas. Hasta los artistas de Hollywood se hospedan ahí – genial, ahora pretendía que yo hiciera amistad con “estrellas”, que imaginación- y hay personas que son residentes, familias de ingenieros también. Es solo un año, hija. Podemos aguantarlo.
Siempre había estado en mis planes estudiar en universidades en el extranjero, pero esto era demasiado pronto. De un día para otro me iba a mudar no solo de casa sino de país. Uau… no podría ser cierto.
-Bueno… - suspire- si es que es necesario, no tengo opción ¿no?- mire a mi comprensible mamá- iré…
-¡Oh! ____ Gracias por aceptar, le has quitado un peso de encima a tu papá- eso explicaba por qué estaba así- Estoy segura de que es una gran oportunidad para nuestra familia, no te vas a arrepentir.
-¿Cuando viajamos? – le pregunté con desgano.
-El próximo sábado- eso me impactó, solo faltaban tres días.
-Uau, eso es muy pronto- Hubiera armado un escándalo y conseguido unas cuantas disculpas mas de mi mamá por el hecho de avisarme faltando tan poco para viajar, pero necesitaba tiempo para pensar.
Me paré a dejar mi plato en el fregadero y luego subí a mi cuarto a paso veloz. Al llegar me lancé sobre mi cama, agarre mi iPod que estaba encima de mi velador y me puse a escuchar música para despegar mi mente. Pase por más de 5 canciones hasta llegar a una que en realidad me gusta mucho: “Sorry” de los Jonas Brothers. Es una de las pocas canciones que me gustaba de esos chicos, mis amigas mueren por ellos pero yo no tanto, ósea son muy lindos pero no los veo como músicos y no le veo el sentido a ilusionarse con ellos si nunca los vas a poder conocer o entablar una conversación con ellos. Recordé como mis amigas me callaban cuando daba mis opiniones negativas sobre estos chicos. “Si, mis amigas” dije en mis adentros, a ellas las iba a extrañar mucho, quizá eran lo más preciado que iba a dejar aquí. Pero no tenia opción, era eso o despedían a mi papá, tenía que hacerlo.
Los tres días faltantes para el viaje pasaron casi volando, solo pude despedirme de mis amigos y algunos familiares, no perdí tiempo en despedirme de todo el colegio, no era mi estilo llamar la atención. Despedirme de mis amigas más cercanas fue una tortura, lloramos como nunca lo habíamos hecho antes, fue muy duro despedirme de ellas.
El sábado salimos de mi casa con los boletos en las manos; mi papá subió al auto mientras que mi mamá subía las maletas y yo miraba por última vez mi casa… Oh, mi casa… ya no la iba a volver a ver. Ya en el auto, cogí mi único escape a todo lo que estaba pasando; la música. Quería una canción que me hiciera más fuerte, que me ayudara a sobre pasar todo esto; así que puse “A Little bit longer”, una canción muy bonita y que estaba acorde a la situación. Ni mis padres, ni yo dijimos una sola palabra en todo el viaje, yo sabía que era más duro para ellos dejar el país que para mí y los comprendía. Al subir al avión di un último vistazo a mi lindo y hermoso país.
-Adiós ____ - dije en voz baja- Te voy a extrañar.
Largas horas pasaron antes de llegar a EE.UU. y algunas más para llegar al norte de Seattle. Caminamos un poco para llegar a nuestro nuevo hogar, tengo que admitirlo era mucho mejor de lo que pensé. La casa era una gran cabaña con un estilo espectacular, tenía una pequeña escalera de madera color caoba y un inmenso balcón del mismo color; por dentro; el decorado me dejo con la boca abierta, los muebles eran precisos para la casa y hasta había una hermosa chimenea. Como cualquier adolescente fui directo a mi cuarto.
-Está arriba- dijo mi también sorprendida mamá- escoge el pequeño, el grande debe ser para tu papá y para mí.
Sin escucharla subí corriendo al segundo piso, el pasadizo era simplemente hermoso. Camine por él pasando por el baño y por el cuarto mas grande, hasta llegar al de al fondo; entré y lo primero que vi fue una bella cama con un cobertizo de color rosa opaco, al lado se encontraba un velador del mismo color que hacia juego con las largas cortinas de un rosa más claro. Por Dios, el diseñador de la casa había hecho un gran trabajo, y eso que era pagado por el trabajo de mi papá. Me lancé a la bella cama y mire hacia las cortinas, no dure mucho tiempo tendida ahí ya que fui a abrir las cortinas para ver el hermoso y amplio paisaje que nos rodeaba. Hermoso. Dije para mí.

Pasaron dos días para que nos acomodáramos bien en esa casa; mi papá organizo su escritorio, mi mamá se encargo del cuarto y la cocina y yo por supuesto de mi cuarto.
Al tercer día decidí salir a dar un paseo por las afueras; me puse mis jeans viejos, un polo manga larga debido al frio y mis Converse favoritas, al fin y al cabo no conocía a nadie ahí ¿Para quién me iba a arreglar? Salí y comencé a caminar sin rumbo, me perdí con la hermosura del bosque, me detuve a ver un pequeño insecto de un color verde fosforescente y me quede observándolo por un momento; cuando escuche un grito de un niño cerca de mí. Trate de agudizar el oído para poder encontrar su origen, cuando al fin pude hacerlo corrí en su dirección. Vi a un pequeño niño arrodillado al lado de un árbol cogiéndose la rodilla, me acerque y me arrodille a su lado.
-¿Que paso? ¿Estás bien?- le dije.
-Me caí del árbol, me duele mucho la rodilla- con voz entrecortada debido al dolor- ¿Podrías llevarme donde mis papás?
-Claro- trate de alzarlo pero no pude, el niño era pesado- Trata de apoyarte en mi en vez de en tu rodilla.
-Ok- hizo exactamente lo que le dije- Mi casa está allá- señalo una inmensa casa muy cerca de donde estábamos nosotros. La mía no era ni la mitad de hermosa y grande que la de él.
Cuando estábamos cinco pasos de su puerta, salió una señora muy bien parecida y con el rostro de preocupación.
-Frankie, ¿Qué te paso? – Estirando los brazos para sostenerlo. Al parecer era su mamá.
Detrás de ella salieron tres personas más; un señor, que debía ser su papá y dos chicos que apenas vi, que debían ser sus demás familiares o amigos. El señor me recibió al niño y me miro con rostro de agradecimiento.
-Muchas gracias por traerlo- dijo el señor.
-No se preocupe- dije tímidamente.
-¿Cómo te llamas, hija?- dijo la señora con tono muy amable, mientras su esposo llevaba al niño a dentro de su casa.
-____- en voz baja.
-Gracias por haber traído a Frankie hasta aquí, no sé qué hubiera pasado si se quedaba solo allá entre los árboles, Gracias. ¿Quieres quedarte a cenar? Es lo menos que podemos hacer por ti.
- Muchas gracias, pero no puedo. Mis padres tienen entendido que solo he salido a dar un paseo.
-Vamos, solo quédate un rato. Mi mamá no va a dejar que te vayas tan fácilmente- Volteé a ver al chico que me habló y me quedé helada de la impresión. Ahora todo tenía sentido; el niño llamado Frankie se me hacía muy conocido por que era el hermano de los Jonas Brothers, los señores amables eran sus padres y el chico que me acababa de hablar era Joe, Nick estaba a su costado escuchando la conversación. Estos chicos eran mucho más lindos en persona.
Trate de disimular mi asombro y solo le sonreí a Joe, por su mirada parecía que esperaba que comenzara a gritar como una loca y diga: OMG, OMG, etc. Como sé que mis amigas lo hubieran hecho. Se morirán cuando les cuente. Pensé.
-Hija, quédate. Solo te invito un refresco y unas galletas, quiero agradecerte.- dijo la señora sonriendo.
-Te lo dije- dijo Joe. Escuche una risita proveniente de Nick. Yo no volteé a verlos por vergüenza.
-Está bien. Pero que sea rápido, no quiero preocupar a mi mamá.- Dije mirando solo a la señora.
Ella pasó primero, luego espere a que pasaran los chicos, pero se detuvieron y me hicieron pasar a mí primero. Definitivamente su casa era mucho mejor que la mía, era más amplia y el decorado era perfecto. La señora me dijo que esperara en la sala y me pusiera cómoda, mientras ella iba a preparar los piqueos que íbamos a comer. Me senté en el más grande sillón, Nick se sentó en el más pequeño y Joe en el mismo en el que yo estaba y me sonrió. Estaba muy nerviosa pero me metí en la cabeza que debía ser muy prudente y parecer muy relajada para no hacer el ridículo...

Que harias tu, en una situacion asi? Comenten y subire el otro Capitulo! :D Adios! Cuidense!